Compartimos unos mismos valores
La organización Morning Tears se adhiere a una serie de principios clave para el desarrollo y en la realización de su labor solidaria.

La protección de los hijos de condenados debe estar en manos de las autoridades estatales.
Los niños sin la atención de sus padres precisan de protección y cuidado continuos. Son muy vulnerables a los abusos y al abandono. Las autoridades deberían asumir esta responsabilidad. Si éstas delegan la protección de los niños a terceros (organizaciones privadas o personas), deberían, al menos, ejercer el control y supervisión sistemáticos y estandarizados. La protección de los niños no puede dejarse en manos de iniciativas privadas sin control. Morning Tears anima a los gobiernos a asumir su responsabilidad y proporciona asistencia si están dispuestos a hacerlo. Esto no significa, sin embargo que el estado sea el único responsable de la educación de los niños.
La educación y el bienestar de todos los niños del mundo son responsabilidad de los adultos del mundo.
Las personas intercambian bienes, servicios y productos a través de las fronteras. Las nuevas tecnologías de la información y comunicación han reducido enormemente las barreras espacio-temporales entre países. Sin embargo, la fuerza motriz de la globalización ha sido el comercio y la búsqueda de beneficios. Si los motivos comerciales no van acompañados de un conjunto de normas éticas, de conciencias e ideas que vayan más allá de los meros beneficios individuales, entonces los efectos del sistema afectará a los grupos más vulnerables en la sociedad. La solidaridad con los grupos sociales económicamente menos productivos, como son los hijos de condenados, sería inexistente. Por lo tanto, Morning Tears aspira a ser uno de los movimientos que añaden la ética y los valores de la solidaridad a las plataformas del mercado globalizado.
Morning Tears tiene el derecho y el deber de ocuparse de los intereses de los niños, dondequiera que se encuentren.
Tenemos el derecho de intervenir en la vida de los niños en otros países. En un mundo globalizado, no deberíamos limitar nuestros derechos a la compra y venta de productos a nivel internacional. Tenemos derecho a defender y actuar para el respeto de uno de nuestros valores más fundamentales: la protección de los niños. Los niños no son propiedad privada de las personas ni de los estados. Aún más, tenemos el deber de proteger a los niños. No podemos cerrar los ojos a la miseria en cualquier parte del mundo y al mismo tiempo ser un alegre consumidor de los productos procedentes de todo el mundo. Tenemos el derecho y el deber de globalizar la dignidad de los hijos de los condenados.
Morning Tears aspira a la creación de sistemas de atención y no a centros caritativos.
En Morning Tears queremos que los gobiernos asuman la responsabilidad de cuidar a sus ciudadanos más vulnerables, incluyendo a los hijos de condenados. Morning Tears no tiene la intención de asumir dicha responsabilidad ni la de administrar ni financiar centros de acogida para hijos de condenados como si fueran centros de caridad. No obstante, entendemos que asumir la responsabilidad de los centros puede ser una buena estrategia para crear relaciones de confianza con las autoridades pertinentes y obtener conocimientos acerca de las necesidades de los niños en sus contextos socio-culturales específicos. Morning Tears también pueden participar en actividades sin fines de lucro por el simple hecho de que el contexto político de un país no permita (todavía) que colaboremos con el sistema. Por lo tanto, nos implicamos en el trabajo de caridad, aunque sólo como una simple estrategia y siempre con la ambición de impulsar y convencer al gobierno a asumir sus responsabilidades.
Morning Tears es una organización sin ánimo de lucro.
Morning Tears pretende reorganizar el mundo de una manera tal que los hijos de condenados puedan crecer y tener una vida digna. El único papel que el dinero desempeña en nuestra actuación es el de un medio. El dinero nos permite llevar a la práctica programas y políticas afines. El dinero no es de ninguna manera una meta por sí misma. La fuerza motriz de MT es su cuerpo de voluntarios. Estos voluntarios están impulsados por la motivación interior de ayudar a los niños y no por la motivación externa de dinero. Las personas asalariadas de Morning Tears reciben sueldos medios de trabajo social que les permiten crear y mantener a su propia familia. Morning Tears se abstiene de entrar en el circuito de «desarrollo de negocio», en la que se utilizan salarios muy altos para atraer profesionales del desarrollo de negocio externos.